miércoles, 16 de septiembre de 2009

HISTORIA Y CARACTERISTICAS DE HIPERTEXTO 1


EL HIPERTEXTO

Características
El teórico George Landow, define al hipertexto como "un texto compuesto de bloques de palabras (o de imágenes) electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o recorridos en una textualidad abierta, eternamente inacabada." (14) Los bloques de información se denominan nodos o lexias y los enlaces, nexos.
Entre las características fundamentales del hipertexto Landow destaca tres. En primer lugar, la intertextualidad. Los enlaces electrónicos pueden conectar bloques de información contextual, como un comentario o textos comparativos haciendo que se pierda toda referencia entre lo interno y externo a la obra, o entre lo principal y lo secundario. El hipertexto explicita las interconexiones que un texto puede producir, ampliándolas, hipotéticamente, hasta el infinito.
En segundo lugar, la polifonía. Del conjunto de trayectos posibles que conforman el tejido hipertextual no es posible privilegiar ninguno. Además, al ubicar un texto dentro de una red de textos, se lo obliga a existir como parte de un diálogo. Será el lector quien dé preeminencia, provisionalmente, a una secuencia dada según el trayecto de lectura que escoja.
Por último, el descentramiento. A medida que el lector se desplaza por la red de textos, hace de sus intereses propios el eje organizador de su lectura. El centro sería pasajero, móvil y relativo. Pero además de la posibilidad de escoger su camino, el lector podría agregar sus propios textos y enlaces ampliando la actuación de sus competencias. (Landow, 19-26)
Esta descripción inicial conduce a la reflexión sobre las consecuencias que el hipertexto produce en el orden del texto, el autor y el lector. 

Reconfiguración del texto:

La fragmentación es la consecuencia inmediata de la composición de un texto mediante lexias. El orden lineal -es decir un orden lógico-causal- pierde su funcionalidad y vienen a ser susutituido por una estructura multilineal - varios recorridos de lectura posibles para un mismo conjunto de fragmentos- y una retórica hipotáctica, como lo advierte Calabrese: "al periodo conexo y paratáctico se sustituye un pensamiento "en pequeñas partes", hipotáctico y en los que los nexos se hacen lógicos a posteriori y no lógicos gramaticalmente y sintácticamente."(159) Esta nueva lógica parece corresponder efectivamente al ideal de los precursores del sistema hipertexto de construir un tipo de textualidad que simulara los mecanismos del propio pensamiento y, por lo mismo, se alejara de la organización secuencial y jerárquica del texto impreso. La metáfora apropiada para este modelo textual es la de la red porque su estructura dinámica depende de la intercomunicación y de las coordenadas espacio-temporales ya que la red puede ser articulada sólo mediante el movimiento libre de significantes. (Manzor, 67) Otra metáfora es la del laberinto: el texto se conoce a medida que se lo recorre, su estrucutra no se conoce previamente y eso lo hace impre-visible y coloca al lector en una situación de riesgo y de reto: extraviarse y verse exigido a continuar el recorrido, a escoger sus centros.
Esta textualidad dinámica provee libertad de estructuración, de elección de recorridos de lectura pero también de modificación, de intervención sobre los componentes de esa red. El texto puede entonces cambiar de forma según como sea leido y según las modificaciones que se le hagan, puede metamorfosearse, ser inestable, o, en otras palabras, su forma es provisional, inconclusa, imprecisable, nunca será, necesariamente ,definitiva. Un hipertexto es una "obra en movimiento" que no puede fijarse para ser contemplada en su totalidad y unicidad. Es puesta en movimiento por el lector cuando la experimenta, la vive como algo que acontece en el tiempo no en el tiempo de la eternidad, sino en el tiempo de su lectura y de su escritura porque en el entorno hipertextual la participación permite también la creación. Por supuesto todo lo anterior confirma el caracter lúdico del hipertexto. De esta forma las producciones artísticas hipertextuales pueden inscribirse en la historia del arte de acción y de participación (Popper) y, en particular, las literarias en la historia del "Libro-juego" 
 

Reconfiguración del autor-lector:

Qué autor se esconde detrás de una obra móvil, inestable, "monstruosa"? Uno que intensional, conciente, perversamente, la ha diseñado así, que está dispuesto a que "su" creación sea vivida-creada por otros, uno que tal vez no es "uno" sino varios. La figura del "genio"creador de la estética idealista resulta caduca. Un hipertexto no es creado ni toma su forma definitiva sólo gracias a los esfuerzos del productor. Pero ésto no significa que el autor sacrifique su poder creativo sino que lo enfoca a la resolución de un problema diferente: diseñar una obra en movimiento que invite al lector a participar activamente y ésto incluye, no sólo su colaboración intelectual, como intérprete, sino la intervención sobre el texto y la creación del texto como co-autor: ambos aspectos producirán la "respuesta total" (Popper) que exige un arte de verdadera participación.
En esta situación comunicativa, la autoría puede ser múltiple y también, multidisciplinar. La producción de un hipermedia es justamente, la integración de los diferentes medios expresivos en el mismo objeto. Ningún medio o género sería privilegiado sino que cada uno formaría parte integral del producto "poligenérico" y multimedial resultante. El escritor tendría la opción de experimentar con una forma artística diferente a la que convencionalmente entendemos por literatura y por edición de libros y que podríamos denominar "arte hipermedial". En las artes plásticas y visuales este tipo de integraciones tiene ya una relativamente larga historia, representada en las Instalaciones y los performances, así como la búsqueda por la participación activa del espectador como la que se registra en el arte cinético y en el arte de realidad virtual, por ejemplo. Y aunque en la lituratura impresa se ha experimentado con la integración de los aspectos visuales, tipográficos y sonoros y se busca también la participación activa del lector recurriendo a una estética del juego, resulta particularmente interesante ver en el hipertexto el medio que permite a la literatura un formato verdaderamente multimedial y verdaderamente participativo, es decir, que invite al "lector" a crear. 


HISTORIA Y CARACTERISTICAS DE HIPERTEXTO 2


HIPERTEXTOS, LECTURA

Y ESCRITURA (1)

Érika Jaillier Castrillón. Ph.D.

Docente Universidad Pontificia

Bolivariana

Medellín

2008

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

1.1. ORÍGENES DEL TEXTO Y EL HIPERTEXTO

1.2. RENACIMIENTO

1.3. SIGLO XX

1.4. LOS HIPERTEXTOS EN LA SOCIEDAD DIGITAL

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

1.1. ORÍGENES DEL TEXTO Y DEL HIPERTEXTO

El texto no es sinónimo de escritura ni de representación gráfica de un sistema verbal. Los primeros escritos eran registros de comercio y permitían asegurar un intercambio equitativo de bienes.

Poco a poco, ese registro se va alejando de lo pictográfico y se convierte en un sistema abstracto que pasa de representar ideas a representar, al menos en el caso de occidente, códigos verbales relacionados con los sonidos.


Este es el origen del alfabeto en el mundo occidental.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

Con la invención del alfabeto, se pasa del escrito al texto. El texto suele definirse como aquel tejido o trama que permite establecer un mensaje con sentido para otros. En esta definición, el texto es mucho más que una sucesión de palabras y frases. Todo texto (sea iconográfico o verbal escrito o sonoro) es una transmisión simbólica de ideas con un sentido. El texto es información registrada sobre algún soporte, un documento “legible”, decodificable por el ser humano y un medio de transmisión de la cultura y de la ciencia.


1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

La evolución de la tecnología ligada al texto ha sido larga y lenta: los primeros textos con uso alfabético utilizados por los sumerios datan de los 6000 años antes de Cristo. Pero solo hasta el año 1434, se logra el gran salto tecnológico de la impresión de los textos. Además, las tecnologías han sido lentamente adoptadas por la humanidad por cuestiones de resistencia cultural, posición social y requerimientos técnicos (formatos e instrumentos de registro) y económicos que permitan una mejor adopción.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

A pesar de que el proceso ha sido lento, en los últimos siglos, la aceleración del cambio de mecanismos de registro y de almacenamiento, así como la evolución de los instrumentos para la creación de textos, es notorio.

Hablar del hipertexto es imposible sin conocer esta evolución del texto dentro de la historia de la humanidad...

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

1.2. RENACIMIENTO.

Hasta entrado el siglo XX, el texto se concebía para ser leído de forma lineal y secuencial. Las ideas, según los trabajos que

durante toda la historia de la humanidad desde la antigüedad hasta la modernidad se hicieron sobre análisis de los textos, de la lectura y de la escritura, tratan la cuestión de la estructura lógica: palabras, párrafos, páginas, capítulos...

La realidad es más compleja: el texto, como realidad tangible que rompe la linealidad: la tipografía y la caligrafía introducen valores de refuerzo de la significación, la redacción no siempre es lineal, como tampoco lo fue la lectura. Los índices, las tablas, los recuadros, las ilustraciones, las iluminaciones son textos paralelos al texto central.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

Lo hipertextual no es sólo digital: desde los códices antiguos es posible encontrar un nivel intertextual en los registros y la

intertextualidad permitirá más adelante la hipertextualidad.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

La estructura hipertextual une ideas (nodos de información) de manera lógica, pero no necesariamente lineal. Un pie de página, una enciclopedia, podrían entenderse como elementos hipertextuales cuando hablamos de un texto lineal. En forma amplia, el hipertexto es toda forma de red o tejido de documentos o textos relacionados entre sí por medio de

vínculos múltiples y diversificados. HYPER = superposición, estar sobre o reemplazar a, o más arriba de... Por eso, se habla de grandes textos con componentes hipertextuales como:

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

- El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

- Las mil y una noches.

- El Decamerón

- Los cuadernos de Leonardo Da Vinci

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

1.3. SIGLO XX

En nuestro siglo, la historia del hipertexto se ha enriquecido con las numerosas innovaciones técnicas, instrumentales, procedimentales frente al tema del tratamiento de los textos.

Hay tres momentos claves:

- La posguerra

- Los primeros hipertextos

- Las redes

La posguerra permitirá desarrollar la tecnología necesaria para las primeras experiencias con la informática y los computadores. Se pondrán en juego entonces los primeros lenguajes de programación y de estructuras de bases de datos. La invención del micro-computador será el cierre de ese primer momento.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

En 1945, Vanevar Bush, secretario de Roosvelt, creó el MEMEX, destinado a guardar información y prolongar la memoria del hombre. En paralelo, el período es rico en teorías de la comunicación y avances de la tecnología desde el documentalismo, la informática y las telecomunicaciones.

La revolución se logró realmente con los microcomputadores, puesto que los primeros computadores (Main Frame), de gran tamaño, solo trataban información de características simples y no soportaban el

manejo de gráficos.

Los primeros hipertextos digitales (telxnet, notecards de Xerox, ZOG de la Universidad de Carnegie-Melton) aparecen en los años 60. En esta época, Ted Nelson crea el término « Hipertexto » utilizando la etimología griega para un concepto global que llamó Xanadú.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

Durante los años 70 aparece un sistema de aplicación para el microcomputador que permitía mostrar objetos y texto desde la pantalla gracias al uso del mouse. El DynaBook (Alan Kay) se desarrolló en Palo Alto Research Center (PARC) Xerox. Este dispositivo era un computador pequeño, del tamaño de un libro con pantalla de alta resolución. El lenguaje que manejaba era el SmallTalk basado en la manipulación directa y la utilización de iconos bajo la metáfora de un escritorio... Este primer modelo no funcionó pero inspiró a Apple Computers y a Macintosh. Apple volvió amigable este sistema de explotación basado en el uso de signos gráficos. Para ello, la compañía había provisto a todos los computadores con una versión gratuita de lenguaje HyperTalk a través del programa HyperCard.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

Luego, los computadores se ponen en red: la primera red conocida es ARPANET (Advanced Research Project Agency Network) y fue desarrollada por las Fuerzas Militares norteamericanas durante la guerra fría. Inicialmente la constituían 5 computadores instalados en lugares estratégicos en diferentes estados del territorio americano. No había propiamente un centro, por lo que todos eran eslabones de la cadena y podían, en caso de un atentado, actuar autónomamente y mantener los datos almacenados. Algunos de estos nodos no eran militares, sino académicos (universitarios). Estas universidades, junto con la US National Science Foundation (NSF) crearon un nuevo sistema llamado "NSFnet", que utilisaba la tecnología de ARPANET pero permitía la conexión entre grupos de investigación y laboratorios científicos de un océano al otro.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

1.4. LOS HIPERTEXTOS EN LA SOCIEDAD DIGITAL

El hipertexto evolucionó entonces no solo en el terreno de los dispositivos técnicos, sino también en el de los contenidos. El hipertexto no es pues una cuestión tecnológica que nace con la informática: es una cuestión de producción de sentido en forma compleja y completa. De todos modos hay que aclarar que el hipertexto hoy, en el mundo digital tiene unas características específicas:

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

- Su movilidad, en tanto puede cambiar instantáneamente la apariencia de sus signos.

- Es generador, puede aparecer públicamente en tiempo real, en simultáneo con su propia creación.

- Su instantaneidad: es instantáneo en un aquí y un ahora virtuales.

- Su interactividad en tanto implica compromiso activo del lector.

- Su carácter inmaterial dado por el soporte informático.

- Su carácter utópico pues contrariamente al papel, puede ser consultado en cualquier lugar pero está en un no-lugar permanente.

1.HISTORIA DEL HIPERTEXTO

El hipertexto digital plantea reflexiones necesarias para trabajar la lectura, la escritura y la producción cultural, como veremos en las presentaciones siguientes.

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Historia del hipertexto de ficción

Precedentes tecnológicos
Una propuesta importante de Vouillamoz consiste en considerar la literatura como un sistema especial de información Aún entendida como expresión sublime de la escritura, la literatura puede también definirse como una estrategia expresiva que aprovecha al máximo el potencial de un sistema informático (la escritura). De ahí que este enfoque permita comprender mejor qué significa para la literatura asumir e incorporar en su expresión el potencial de un nuevo sistema informático (hipermedia).
Para poder evaluar la dimensión cultural de los avances tecnológicos, Vouillamoz propone atender tres grandes objetivos: a) El hombre como procesador de información que percibe a través de los sentidos b) La máquina como instrumento de almacenamiento y manipulación de datos través de un determinado interfaz y c) la interacción o comunicación hombre- máquina (p.36) 

HISTORIA DEL HIPERTEXTO
La fecha clave para hablar de antecedentes técnicos del hipertexto es julio de 1945, cuando el científico Vannevar Bush, Director de la oficina gubernamental de investigaciones científicas de los EEUU publica su artículo "As we my think", donde el autor plantea que el acceso eficaz a la información depende de un ajuste entre la cantidad de datos que genera el desarrollo del conocimiento y los medios para su almacenamiento y distribución. Su objetivo fue idear un medio más operativo de gestión que se acercara a los mecanismos de actuación de la mente humana, basada según Bush en el carácter asociativo de las ideas.
Para ello Bush diseñó un sistema de que quebrantaba la secuencialidad, permitía saltar de un documento a otro, así como añadir datos a estos documentos: El Memex es considerado como el primer antecedente de los actuales sistemas informáticos interactivos.
En los años 60, desde el Stanford Reserch Institute, Douglas Engelbad propone el primer modelo informático concebido según el esquema de Bush.
Algunos años más tarde desarrollan el sistema NLC creado como intento de ampliar el intelecto humano. Pero sólo en 1965 Ted Nelson de la universidad de Bronn comienza a utilizar los términos hipertexto e hipermedia que desarrollará en su obra: "Literatury Machines", en 1981 .
La aparición del hipertexto como idea de escritura no secuencial supone un giro fundamental en la interacción del hombre con el ordenador. Según este modelo, los nodos se asocian entre sí a través de una intrincada red de anclajes, permitiendo establecer diferentes tipos de enlaces . El concepto de linealidad queda sustituido por el de interrelación y el de diseño jerárquico por el de navegación.
Multimedia
Puede definirse como el arte de combinar entre sí diferentes medios expresivos (textos, sonido, imagen). El modelo ideado por Engelbad contemplaba ya la implementación de elementos básicos, sin embargo es el grupo de arquitectura de ordenadores del MIT quien desarrolla un sistema eficaz de incorporación de la multimedia al diseño de modelos informáticos, que ya permitía la manipulación de texto, imagen y sonido.
Según Vouillamoz, el hipertexto y la hipermedia generan la reconfiguración y potenciación de cuatro grandes áreas del conocimiento:(p.45).
. La lectura que ahora se convierte en una navegación o búsqueda de información a través de una biblioteca amplia y desestructurada.
. La anotación o registro de ideas generales que se hacen dinámicas, es decir que se producen mientras se lee el texto y que se pueden adicionar y almacenar como ayudas memotécnicas.
. La colaboración que ahora es mucho más estrecha entre autor y lector, generando una comunicación múltiple de documentos completos.
. El aprendizaje que se puede ahora estructurar en forma más personalizada y de acuerdo a distintas velocidades de asignación de materiales informáticos.
Citando a Jean Kelovis, Vouillamoz sintetiza las ventajas de los nuevos sistemas de escritura así: proporcionan ayudas para la colectividad, audiovisualización, personalización, interactividad y rápida recuperación de la información. Como desventajas menciona: La desorientación espacial de la navegación, la dificultad de la edición conjunta, poca claridad visual, la baja transferibilidad y el alto costo. (p.48)
Hipermedia
La mayoría de los sistemas de hipermedia iniciales se desarrolló en un comienzo con una orientación comercial y su objetivo fundamental fue la evolución hacia sistemas expertos capaces de establecer con el usuario un diálogo en lenguaje natural. La primera generación hipermedia apareció a lo largo de los años 60 y 70 fueron orientados inicialmente a la manipulación de texto. Un antecedente de estos sistemas es el denominado "Proyecto Xanadu" desarrollado por Ted Nelson. Los sistemas multimedia segunda generación comenzaron a aparecer en la década de los 80 e integraron la navegación hipertextual sofisticada utilizando todo tipo de enlaces entre los nodos y ayudas gráficas e incorporando imágenes de alta calidad y gran variedad de interfaces.
Varios de los desarrollos más importantes del hipermedia se llevaron a cabo en ámbitos universitarios como el IRIS de la Universidad de Bronn (p.54) o el proyecto Jefferson de Southern California.
Internet
La historia de este proyecto se remonta a la década de los años 60. En 1969 la agencia DARPA del Departamento de Defensa de los EEUU se planteó la necesidad de desarrollar un sistema capaz de interconectar computadores diferentes y separados físicamente unos de otros, así nació la red DARPANET. En 1972 esta red evolucionó al proyecto ARPANET y durante la década de los 80, ARPANET superó al ámbito militar de sus aplicaciones. En 1984 la Fundación Nacional de Ciencia de los EEUU diseña una red llamada NSFNET ya desvinculada totalmente del entorno militar. En 1989 ARPANET se disuelve y comienza la expansión de INTERNET y cuya segunda fase de desarrollo comienza a mediados de los años 90 con el diseño de un programa denominado ENQUIRE.
Una extensión del programa ENQUIRE que permitía realizar también conexiones externas a la red da origen a la WORD WIDE WEB (WWW) que se implanta en INTERNET que supone además la sustitución de un sistema de comunicación técnico por una interfaz gráfica que la hacia más accequible y amigable para el usuario. La aparición de Internet y su aplicación WWW implica la superación de las fronteras y las redes locales hacia una divulgación internacional.
Soportes físicos
El hipermedia no solo hace presencia en la red Internet sino también a través de productos desarrollados en nuevos soportes electrónicos, especialmente el CD-Rom que aparece en la década de los 80, ofreciendo grandes ventajas frente a otros soportes electrónicos como los disquetes, especialmente por su alta capacidad de memoria, su rapidez de recuperación de datos y la posibilidad de integrar diferentes medios junto a elementos textuales, lo cual facilita la construcción de sistemas multimedia.
El concepto de CD-Rom comenzó a gestarse en los primeros años de la década de los 80 cuando la evolución del Compac disk estaba ya consolidada. En 1984 y 1985 aparecieron los primeros prototipos y comenzaron a difundirse las primeras bases de datos digitalizadas en este nuevo soporte.
Un soporte más reciente es el DVD que supera algunas de las características del CD-Rom especialmente su capacidad de soporte e información gráfica. Igualmente se han venido desarrollando soportes para los llamados libros electrónicos y otras facilidades que permiten augurar un futuro sólido para la edición y publicación electrónicas.
Por su parte, Lovink (41-42), nos comenta que es probable que las primeras aplicaciones humanistas del hipertexto se produjeran en el campo educativo. Actualmente el hipertexto y los hipermedia siguen siendo parte integrante del diseño de instrucción y la tecnología educativa. En 1975, Robert Scholes (profesor de inglés) y Andrews Vadan (profesor de programación de computadores) llevaron a cabo un interesante experimento en la Broon University con el ánimo de aprovechar las facilidades del hipertexto en los cursos de humanidades. El experimento no solo permitió crear una base de datos con enlaces hipertextuales sino que la hizo interactiva y pronto pudo aplicarse en la dinámica de la enseñanza de la literatura como facilidad para contextualizar obras sino como soporte de los aportes de estudiantes y profesores a estudios concretos de las obras literarias.

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Introducción.
Este trabajo presenta aspectos históricos sobre hipertexto y resume algunas de las más conocidas definiciones sobre el término hipertexto.
Los sistemas hipertextuales están basados en un enfoque en cual el usuario tiene la posibilidad de crear, agregar, enlazar y compartir información de fuentes diversas, proveiendo la posibilidad de acceder a documentos de manera no secuencial a diferencia de sistemas de información más tradicionales en los cuales el acceso es naturalmente secuencial [Balasubramanian, 1995]. Esta flexibilidad de acceso genera las nociones de navegación, personalización de presentaciones y anotaciones. Esta sección tiene como objetivo la introducción de los conceptos básicos relacionados con hipertexto e hipermedia, una reseña histórica de la evolución de estos conceptos y una discusión general acerca de los distintos modelos y formalismos desarrollados para diseñar e implementar estos sistemas.



Algo de historia.
La idea original de hipertexto se debe a Vannevar Bush, cuando en 1945, en su artículo "As we may think", describe el dispositivo MEMEX en el cual:
" un individuo almacena sus libros, anotaciones, registros y comunicaciones, y esta colección de información es mecanizada de forma que puede ser consutada con alta velocidad y mucha flexibilidad".
Según [Bush, 1945] la característica esencial de MEMEX es su habilidad de "atar" o asociar dos items.
En 1965, Ted Nelson fue el primero en acuñar la palabra "hypertext" (texto no lineal) y lo define como:
"un cuerpo de material escrito o pictórico interconectado en una forma compleja que no puede ser representado en forma conveniente haciendo uso de papel" .
Este autor propone XANADU, como un sistema que incorpora el concepto de docuverso, un repositorio universal de toda la información mundial y literaria publicada. El sistema se basaba en el paradigma de transclusión (inclusión virtual) como la estructura fundamental, permitiendo que mismos documentos aparecieran en múltiples contextos sin haber sido físicamente duplicados.
El primer sistema hipertexto real fue el HES (Hypertext Editing System) construído en Brown University, en 1967, por Andries van Dam [van Dam, 1988].
En 1968, [Engelbart, 1968] diseña el sistema oN Line System (NLS) en el Stanford Research Institute (Stanford University). Luego de 13 años, diseña e implementa el sistema Augment, el primer sistema basado en interfaz de manipulación directa, gracias al uso del dispositivo "ratón".
El primer sistema hipermedio real fue el Aspen Movie Map, desarrollado en el MIT, por Andrew Lippman y sus colegas, en 1978 [Lippman, 1980]. En este sistema, se trasladó la entera ciudad de Aspen (Colorado) para crear un mapa virtual de la ciudad, relacionando cada una de sus calles, así el usuario podía moverse a través de la ciudad haciendo uso del sistema. Se utilizó el dispositivo "joystick" para realizar las funciones de adelantar, retroceder, subir y bajar.
Entre 1985 y 1990, se desarrolló Intermedia, en Brown University [Yankelovich et al, 1992], en el cual se introduce el concepto de anclas. Intermedia fue un sistema multiusuario basado en la arquitectura cliente -servidor, combinando características de hipermedios con facilidades de recuperación de información, tales como búsquedas de texto y entradas a diccionarios. Intermedia, solo podía funcionar en Apple bajo Unix, y desaparece en 1990 debido a la falta de fondos para llevarlo a una nueva versión que funcionara en los nuevos sistemas operativos.
El primer sistema hipertexto disponible comercialmente fue Guide de OWL, desarrollado para Unix en la Universidad de Kent y luego llevado a la plataforma Apple Macintosh, en 1986.
El verdadero momento de popularidad del paradigma hipertexto ocurre en 1987, cuando Apple decide incluir en sus computadoras, HyperCard [Goodman, 1987]. Es un sistema para desarrollar aplicaciones stand alone, con un lenguaje muy poderoso orientado a objetos, llamado HyperTalk. Ese mismo año, la ACM organiza la primera conferencia, en la Universidad de North Carolina, dedicada exclusivamente al intercambio de investigaciones en tecnología hipertextual.
De allí en adelante muchos sistemas y productos se han desarrollado para la autoría de hiperdocumentos en varias plataformas. Pero es en 1991, durante la Conferencia de ACM Hypertext, cuando fue demostrado lo que sería el World Wide Web [Berners-Lee et al, 1994]. Su avance se demuestra realmente hacia 1993, cuando el National Center for Supercomputing Applications (NCSA) libera el producto Mosaic, un navegador con interfaz gráfica y de manipulación directa [Andreessen, 1993].
En la tabla I, se muestran los principales hitos en la historia y desarrollos de hipertextos.



Definiciones.
El hipertexto es una tecnología que organiza una base de información en bloques distintos de contenidos, conectados a través de una serie de enlaces cuya activación o selección provoca la recuperación de información [Díaz et al, 1996].
El hipertexto ha sido definido como un enfoque para manejar y organizar información, en el cual los datos se almacenan en una red de nodos conectados por enlaces. Los nodos contenienen textos y si contienen además gráficos, imágenes, audio, animaciones y video, así como código ejecutable u otra forma de datos se les da el nombre de hipermedio, es decir, una generalización de hipertexto.
Considerando cómo se representa el conocimiento humano, el hombre opera por asociación, saltando de un item al próximo, en forma casi instantánea. El paradigma hipermedia intenta modelar este proceso con enlaces entre pedazos de información contenidos en nodos.
A diferencia de los libros impresos, en los cuales la lectura se realiza en forma secuencial desde el principio hasta el final, en un ambiente hipermedial la "lectura" puede realizarse en forma no lineal, y los usuarios no están obligados a seguir una secuencia establecida, sino que pueden moverse a través de la información y hojear intuitivamente los contenidos por asociación, siguiendo sus intereses en búsqueda de un término o concepto. En la figura, a continuación, se representan el estilo secuencial, el estilo jerárquico, el estilo reticulado y el hipermedio. 





En términos más sencillos, y a la vez más amplio, un hipermedio es un sistema de bases de datos que provee al usuario una forma libre y única de acceder y explorar la información realizando saltos entre un documento y otro.
En la literatura se utiliza, a veces, en forma indiscriminada los términos hipertexto, sistemas hipertexto e hiperdocumento; sin embargo, es necesario aclarar que se hace referencia a objetos distintos, y que en lo sucesivo se utilizará las siguientes definiciones para evitar confusiones:
Definición I.a- Hiperdocumento. Es el contenido de información, incluyendo los fragmentos de información y las conexiones entre esos fragmentos, indiferente sea el sistema utilizado para leer o escribir tal documento.
Definición I.b- Sistema hipertexto. Es una herramienta de software que permite leer y escribir hiperdocumentos. Este sistema no contiene un hiperdocumento.
Definición I.c- Hipertexto. Es un sistema hipertexto que contiene hiperdocumentos.
Definición I.d- Hiperespacio. Es el término que describe el número total de locaciones y todas sus interconexiones en un ambiente hipermedial.
Según [Landow et al, 1991], el hipertexto es una forma distinta de literatura; definen hipertexto
"como el uso del computador que trasciende la linearidad, límites y calidad fija de la tradicional forma de escritura de texto".
Otro autor en el campo de la literatura, [Bolter, 1991] define:
"hipertexto consiste de tópicos y sus conexiones; los tópicos pueden ser párrafos, oraciones opalabras simples. Un hipertexto es como un libro impreso en el cual el autor tiene disponible un par de tijeras para cortar y pegar pedazos de redacción de tamaño conveniente. La diferencia es que el hipertexto electrónico no se disuelve en una desordenada carpeta de anotaciones: el autor define su estructura definiendo conexiones entre esas anotaciones".
En la definición de [Conklin, 1987] se dice de hipertexto:
"son ventanas, en una pantalla, las cuales son asociadas a objetos en una base de datos, y enlaces provistos entre estos objetos, tanto gráficamente ( iconos etiquetados) como en la base de datos (apuntadores)".
En publicaciones menos formales como Byte, [Fiderio, 1988] da la siguiente definición:
"hipertexto, en el nivel más básico, es un manejador de base de datos que permite conectar pantallas de información usando enlaces asociativos. En un nivel mayor, hipertexto es un ambiente de software para realizar trabajo colaborativo, comunicación y adquisición de conocimiento. Los productos de este software emulan la habilidad del cerebro para almacenar y recuperar información haciendo uso de enlaces para un acceso rápido e intuitivo".
Para [Balzer et al, 1989] hipertexto es
"una base de datos que tiene referencias cruzadas y permite al usuario (lector) saltar hacia otra parte de la base de datos, si éste lo desea".
Esta definición clarifica algunos puntos de interés sobre hipertexto:
Hipertexto es una base de datos. La información no consta de grupos de bytes, sino que es estructurada y de tamaño considerable, características similares a muchas bases de datos. A pesar de que la estructura de información tiene una forma distinta a las estructuras de bases de datos tradicionales, muchos sistemas de bases de datos son capaces de almacenar información utilizada en los hipertextos. Además la acción típica permitida al usuario es la de saltar entre las partes de la base de datos. Esto es diferente a la típica utilización de bases de datos, en los cuales la obtención de información se realiza a través de queries.
Según [Rada, 1991], el término hipertexto
"se relaciona con el término 'espacio hiperbólico', debido al matemático Klein, en el siglo XIX. Klein utilizó el término hiperespacio para describir una geometría de muchas dimensiones; por lo anterior, se puede deducir que hipertexto es texto multidimensional, considerándose el texto como una estructura unidimensional".


Características básicas de un hipertexto.
Esta tecnología de información ha sido defendida y elogiada debido a las grandes ventajas que proporciona; sin embargo no todos los hipertextos que se han implementado y están disponibles en distintas plataformas e instalaciones cumplen cabalmente con todas las expectativas de los usuarios. Un sistema hipertexto, en términos ideales, debe cumplir con las siguientes características: 

. Esta tecnología debe proveer un medio adecuado para organizar y presentar información poco o nada estructurada, no ajustada a esquemas tradicionales y rígidos como es el caso de las bases de datos. Pueden utilizarse esquemas jerárquicos para la utilización de sistemas de documentación de texto tradicionales, muy organizados o simplemente creando estructuras de redes con poco o ningún atributo de precedencia.
. Tener asociada una interfaz de usuario muy intuitiva, pues se pretende imitar el funcionamiento de la mente humana, haciendo uso de modelos cognitivos, por lo que el usuario no debería realizar grandes esfuerzos para obtener la información requerida.
. La información se encuentra distribuída y puede ser accesada en forma concurrente por varios usuarios, por lo tanto es un ambiente compartido.
. Es un ambiente colaborativo: un usuario puede crear nuevas referencias entre dos documentos cualesquiera en forma inmediata e independiente de los tipos de contenido, haciendo crecer su hiperdocumento, sin generar cambios en el hiperdocumento referenciado. Estas referencias pueden estar embebidas en el documento, de modo que aunque éste se cambiara de instalación, el enlace seguiría proporcionando acceso a la información referenciada.
. Tiene asociados varios mecanismos de recuperación y búsqueda de información a través de las navegaciones, ya sean dirigidas o no dirigidas.

Estas características hacen de este paradigma que sea utilizado en una variedad muy amplia de aplicaciones, en las cuales se tienen al menos los siguientes requerimientos: gran cantidad de información organizada en distintos fragmentos y contextos, los cuales pueden estar relacionados entre sí, que el usuario necesita en forma discreta, y que pueda estar implantado en un ambiente electrónico o computacional. Dados estos requerimientos, el dominio de las aplicaciones hipermediales incluye: ayudas y documentación, diccionarios y enciclopedias electrónicas, herramientas CASE para desarrollo de software, organizadores de ideas, sistemas de información turísticos y geográficos, venta electrónica, soporte para enseñanza y aprendizaje, trabajo colaborativo y comunicaciones. Estas aplicaciones pueden ser implementadas tanto en ambientes cerrados o en ambientes abiertos. Un ambiente hipermedio cerrado es aquel donde todo el repositorio de información se encuentra concentrado en una única unidad de almacenamiento o servidor, y los enlaces entre hiperdocumentos sólo puede realizarse entre fragmentos de información que residen en el mismo servidor. En cambio, cuando el ambiente es abierto, los contenidos y fragmentos de información pueden encontrarse distribuidos en diversos repositorios de almacenamiento o varios servidores, es decir la información se encuentra físicamente distribuída en servidores distintos y se permiten hacer referencias entre hiperdocumento que residen en servidores distintos: este es el caso del World Wide Web [Berners-Lee et al, 1994]. En este trabajo no se considerará necesario distinguir entre aplicaciones cerradas y abiertas, a menos que sea necesario.


Modelos de hipertexto.
Según [DRAE, 1992], un modelo es la expresión de una realidad o sistema complejo mediante algún lenguaje formal o simbolismo gráfico que facilita su comprensión y el estudio de su comportamiento. Por su propia definición, un modelo debe cumplir con tres requisitos básicos: 

. General, es decir, debe ser válido para cualquier aplicación del campo que formaliza.
. Abstracto, ya que con esto se puede separar las características particulares del objeto de estudio para extraer su esencia.
. Consistente, para lograr que cada elemento tenga una única definición, acorde con la función que se espera que represente y coherente con el resto de componentes del modelo.

Según [Afrati et al, 1990], el objetivo de un modelo debe ser la representación conceptual de un tipo de tecnología y no de un sistema en particular.
Aplicando estas definiciones al campo de la tecnología hipermedial, un modelo es un marco general y teórico que formaliza todas las características y funciones, esenciales o deseables, que se puedan incluir en cualquier aplicación de este tipo. Evidentemente el modelo será más completo, en la medida que cuente y exprese más características. Según [Tompa, 1989], un modelo en el contexto de sistemas hipermediales, debe ser capaz de representar tanto la estructura estática como el funcionamiento dinámico de sus componentes. Se debe agregar al modelo, sin embargo, los aspectos relacionados con el intercambio de información entre el sistema y los usuarios, siendo éstos el autor y el lector del hipermedia, con la finalidad de describir aquellos elementos de interface que facilitan la observación del documento en un computador.
En el nivel más elemental, todos los sistemas hipertexto están basados en un modelo básico, el cual sigue siendo utilizado y asumido por una variedad de investigadores. El modelo básico está dividido en: submodelo de datos y submodelo de procesos.
En el submodelo de datos, los nodos se interrelacionan mediante enlaces dirigidos, para formar la estructura de un digrafo [Parunak, 1991]. Todas las operaciones de inserción, eliminación y actualización de nodos y enlaces están provistas de las operaciones de grafos. Los nodos, son las unidades primitivas para organizar la información en el espacio hipermedial: funcionan como colecciones de datos no estructurados los cuales son agrupados de forma tal de crear una entidad lógica. Esta entidad existe para proveer abstracciones coherentes de información dentro del espacio de información representado en la estructura hipermedial. Los enlaces son las otras unidades fundamentales del submodelo de datos: implementan la dirección de las conexiones entre nodos, están asociados como anclas a un nodo fuente y proveen al usuario la habilidad de activarlos para moverse hacia un nodo destino. Algunos autores distinguen dos tipos de enlace, los referenciales que funcionan como referencias cruzadas entre documentos, y los enlaces organizacionales, que se utilizan para establecer estructuras explícitas por la conexión de un nodo padre a sus nodos hijos, formando árboles u otro tipo de jerarquías. Este submodelo de datos, basado en grafos, fue utilizado para definir HAM -Hypertext Abstract Machine- [Campbell et al, 1988], en búsqueda de un mecanismo para definir el diseño lógico de un hiperdocumento.
El submodelo de procesos se refiere, en el nivel básico, a los mecanismos de acceso a la información representada en el hiperdocumento, se requiere de la descripción de la dinámica, es decir las navegaciones que constituye el primer medio que tiene el usuario para acceder a los contenidos y los demás procesos que intervienen en la interacción con el usuario. Por lo tanto, el submodelo de procesos debe contener, además del proceso propio de exploración via enlaces, otros procesos que pueden influir sobre la forma en que los usuarios inspeccionan la estructura de los hiperdocumentos y que permiten al usuario obtener información de acuerdo a distintas necesidades estudiadas para caracterizar este paradigma.
En la literatura se encuentra una amplia gama de descripciones de hipertextos, en su mayoría utilizan como submodelo de datos derivaciones y extensiones de grafos, modelos expresados en lenguaje formal y modelos basados en el paradigma orientado a objetos. Los más conocidos son:
. Modelo basado en hipergrafos, debido a [Tompa, 1989]
. Modelo basado en grafos para el desarrollo de NEPTUNE [Delisle et al, 1986]
. Modelo basado en redes de Petri, cuya implementación es el sistema Trellis [Stotts et al, 1989].
. Modelo basado en "Contextos anidados", [Casanova et al, 1991] y los basados en Higrafos [Mattos et al, 1997]. Estos dos modelos se pueden describir como grafos dirigidos, sin embargo en cada caso sus autores prefirieron utilizar el formalismo propio de teoría de conjuntos.
. Modelo expresados en lenguaje formal, cuya implementación es el sistema Dexter [Halasz et al, 1994] y su derivado Amsterdam [Hardman et al, 1994].
. Modelo orientado a objeto como es el caso de [Lange, 1990] donde define la clase principal Hyperbase, constituída en su nivel básico de una estructura de grafo dirigido.

Teoria de ROGER CHARTIER




“Normas y Conductas: El Arte de Morir, 1450-1600” es un capítulo perteneciente al libro: Sociedad y Escritura en la Edad Moderna. La Cultura como Apropiación. Roger Chartier, el autor, es un historiador francés con una formación intelectual en la escuela de los Annales, misma a la cual pertenece, siendo el principal representante de la cuarta generación (ochentas), en donde se desarrolló un giro crítico y se encargaron de retomar el problema de las fuentes para el análisis de la historia.

El campo de investigación del autor fue, en un principio, la historia de las formas de sociabilidad y de la educación, centrándose posteriormente en la relación entre los textos y los lectores en una forma de historia del libro. Una historia que ha reintroducido otro tipo de cuestiones; por ejemplo, las relacionadas con la circulación del escrito impreso y las prácticas de lectura. En sus trabajos hace una historia que busca una lectura más científica del pasado, mediante series estadísticas basadas en la cuantificación de los fenómenos culturales y la incorporación de otras disciplinas al análisis histórico.

¿Por qué es importante estudiar un libro? Esta pregunta me lleva a comprender el por qué de los trabajos de Chartier dedicados a interpretar la historia a través del análisis de los libros. Nos plantea seguir la trayectoria de cada texto para encontrar a la lectura y sobre todo a los lectores. Cabe destacar la trascendencia no del libro, sino de la lectura de este texto, por que la lectura es la que le dará la importancia a lo que se escribió. De este modo, la historia del libro pasó a ser historia de la lectura y en donde los libros son productos, transmitidos y apropiados. Es importante estudiar un texto por que nos permite establecer los usos y prácticas de una sociedad en torno a estos objetos culturales (libros) dentro de un contexto.

El Arte de Morir o Ars Moriendi es un manuscrito con grabados que ilustran la buena muerte, fueron realizados en 1450. Según el autor es una guía práctica del saber morir y del saber ayudar a morir, una cristianización iconográfica de la muerte que enseña a preparar el pasaje entre esta vida y la otra. Cumple con una función pedagógica de transmitir a la sociedad una serie de normas establecidas por el discurso eclesiástico desarrollado en la época de la Contrarreforma; consistía en eliminar el argumento humanista basado en el arrepentimiento final e independiente de una vida y en cambio, insistir en la necesidad de vivir bien para morir bien. Se desarrolló una insistencia cristiana por la dramatización del bien último mediante la pedagogía del miedo, es decir, lograr que la muerte educara a las personas y ésto se transmitiera por medio de sus comportamientos.

En la época del Renacimiento el discurso sobre la muerte se encontraba en los géneros de la poesía y literatura, mientras que para la mitad del siglo XVI pasa a desarrollarse en la literatura religiosa resultado de los movimientos anti-reformistas.

El Arte de Morir se redactó en dos formas: La versión larga y la corta; la primera consiste en seis apartados, en el primero el argumento principal se enfoca en enseñar a no temerle a la muerte, el segundo nos muestra las cinco tentaciones por las que tiene que pasar el hombre para ir al paraíso, el tercer punto son siete preguntas para corroborar si el individuo actuó bien en su vida terrenal; el siguiente nos muestra la vida de Cristo y se encarga de enaltecer su figura; el penúltimo da a conocer el comportamiento que deben tener las personas cercanas al muerto en su lucho, como familiares y amigos; finalmente una oración para el moribundo. La versión corta es básicamente el segundo punto de la versión larga. Nos ejemplifica que tras haber resistido las cinco tentaciones (infidelidad, desesperanza, impaciencia, vanagloria y avaricia) la persona se conducirá a una buena muerte.

En estas dos versiones se encuentran los dos lugares a donde va el individuo después de fallecer y habiendo pasado por el juicio particular y el colectivo. El primero es el paraíso, lugar para los coronados por Cristo, quienes acepten la muerte de buen agrado y sigan las normas establecidas, aquí se encuentran los ángeles que se encargaran de mostrarles el camino y se concibe como un lugar de descanso para el alma. El segundo es el infierno, donde están los demonios y lugar al que van las personas que hayan vivido mal, sin pensar en la muerte y que hayan caído en alguna de las cinco tentaciones.

El Ars Moriendi es un libro que se redactó de dos maneras: Una en donde se plasman sermones dictados y parábolas para servir a clérigos, letrados y que ellos transmitieran este conocimiento a sus feligreses. La otra fue posterior y se trata de figuras e imágenes para laicos y gentes no letradas, lo que permitía la divulgación de grabados que ilustraban esta enseñanza y no tenían que ser mediadas por terceras personas; dentro de este apartado se destaca la importancia y el impacto de la imagen de la muerte en la conciencia social.

El texto posteriormente se tradujo del latín al francés y representa el 2% de los libros religiosos, 15% o 400 de los ejemplares conservados. Lo anterior nos permite medir la importancia de las artes de morir en la circulación de lo impreso.

El texto tenía el objetivo de no olvidar la existencia cristiana frente a la amenaza que representaba la carencia de valor de la vida en las últimas horas de agonía de un individuo; por ello los textos insisten en la necesidad de preparar la propia muerte mucho antes de que llegue la hora. La advertencia por parte de la iglesia con respecto a las costumbres mortuorias no se trataban de una vida perfectamente cristiana, sino, los temores cristianizados en torno al acto de morir.

Su función era pedagógica, que enseñara a morir de manera que se lograra la salvación del individuo. El primer punto de esta función es incentivar la memoria de la muerte, es decir no olvidarla y mantenerla siempre en la mente. Buscaba desarrollar prácticas en la vida cristiana para crear normas que desarrollaran cierto tipo de conductas en la sociedad de esta época. Lo anterior permitiría mantener un orden y posteriormente un control clerical frente a la amenaza de su época, La Reforma. Prueba de lo anterior es que la decadencia en las artes de morir se identifica dentro de la coyuntura del final de la Contrarreforma.

Referencia
Chartier, Roger. “Normas y Conductas: El Arte de Morir, 1450-1600”, en Sociedad y Escritura en la Edad Moderna. La Cultura como Apropiación. México: Instituto Mora, 1987.





Entrevista a Roger Chartier


Entrevista realizada Noemí Goldman y Oscar Terán a Roger Chartier, en el año 1994. Fue publicada originalmente en la revista Ciencia Hoy. La recomiendo porque documenta bien las raíces del pensamiento del autor sobre la historia. En otro 'post' de este blog reproduzco, también, un texto breve suyo, alineado con algunas de las preocupaciones planteadas en estas líneas.


Para empezar nos interesa conocer brevemente su trayectoria intelectual: ¿qué pasos, qué influencias, qué ideologías, qué adscripciones político-intelectuales han contribuido a su formación?

Nací en Lyon en 1945. Mi formación intelectual fue en el ámbito de la llamada escuela de los Annales, de los años sesenta. El primer trabajo que realicé estaba dedicado a la Academia de Lyon en el siglo XVIII: a la masonería, a las sociedades literarias y a las bibliotecas. Fue publicado en 1969 bajo la dirección de Daniel Roche. Un segundo historiador importante para mi formación fue Denis Richet, conocido por un pequeño pero maravilloso libro sobre las instituciones del Antiguo Régimen. Constituyó este el momento en que surgieron nuevas formas de entender la historia cultural, las que, apoyadas en cifras y en series, intentaban comprender las discrepancias socioculturales a partir de indicadores medibles estadísticamente (por ejemplo, las tasas de alfabetización)

Entre 1969 y 1976 fui asistente, el primer grado del mundo académico, en la Sorbona. Fue un período muy agradable, que recuerdo con felicidad. En 1984 obtuve la designación de director de estudios en el centro de investigaciones históricas de I’École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Una de las cosas más importantes de estos años fue la posibilidad de encuentro y discusión con colegas extranjeros, que promovió la crítica de la historia cultural tal como se la practicaba en ese momento (puedo citar, como ejemplo, la relación de amistad y de intercambio que, desde 1974 y hasta hoy, me une con el historiador Robert Darnton).

A partir de estos encuentros se fue produciendo una evolución, compartida con historiadores de diversas generaciones, desde una historia que buscaba una lectura más científica del pasado, mediante series estadísticas basadas en la cuantificación de los fenómenos culturales, a una historia que ha reintroducido otro tipo de cuestiones; por ejemplo, las relacionadas con la circulación del escrito impreso y las prácticas de lectura. Esta nueva perspectiva necesita de otro tipo de fuentes, no cuantitativas, que vuelven a colocar la singularidad de los individuos o de las comunidades en los modelos globales.

Mi campo de investigación fue, al principio, la historia de las formas de sociabilidad y de la educación, pero focalicé luego mi atención en la relación entre los textos y los lectores, en una forma de historia del libro. Paralelamente a este trabajo con objetos, con campos precisos de investigación, he sostenido un diálogo con otras disciplinas, como la filosofía y la historia literaria. Y con autores importantes para los historiadores, aunque no sean historiadores en la definición clásica, académica, de la palabra, como Michel Foucault o Michel de Certeau.


En los últimos años se ha hablado de tiempos de incertidumbre y de momento crítico para la historia. ¿Cuáles son los desafíos que se le presentan hoy al historiador?

Creo que el principal se vincula con que se ha puesto en evidencia que su discurso, de cualquier forma que se presente, pertenece a la clase de los relatos. Los relatos de historia y los de ficción emplean las mismas matrices, las mismas fórmulas y las mismas figuras. Aun cuando el histórico se sirva de series estadísticas, sigue dependiendo de categorías que comparte con el de ficción: por ejemplo, en la manera de hacer actuar a los personajes –ya sean individuos de carne y hueso o entidades abstractas–, en la manera de construir la temporalidad histórica o en la concepción de las relaciones de causalidad.

Esta conciencia aguda de la dimensión narrativa de toda escritura histórica, cualquiera que sea, pone ante un serio desafío a todos los que rechazan la posición relativista, que sólo ve en la historia un libre juego de figuras retóricas, una modalidad, entre otras, de la fabricación de ficciones. El desafío es de una gravedad particular en un tiempo –el nuestro– en el que las fuertes aspiraciones y tendencias a realizar historias comunitarias, de identidades, corren el riesgo de anular toda distinción entre un saber controlado, universalmente aceptado, y las reconstrucciones míticas de pasados imaginarios.

Recordando que la historia está guiada por una intención y un principio de verdad, y que el pasado, que constituye su objeto, puede ser objetivamente conocido gracias a la correcta aplicación de técnicas y de criterios del método critico, ¿es posible enfrentar lo anterior? No lo creo, desde el momento en que el saber histórico ya no puede ser concebido como una simple adecuación entre un objeto (el pasado) y un discurso (el del historiador). Es necesario realizar hoy una refundación más radical del status del conocimiento de la historia, efectuada de tal manera que, sin abandonar en absoluto las exigencias y las disciplinas del ejercicio crítico, plantee claramente las condiciones en las cuales un discurso histórico –que constituye siempre un conocimiento a partir de huellas e indicios– puede tener como válida, explicativa y coherente la reconstrucción del pasado que propone.

Allí hay, a mi entender una tarea difícil pero urgente, si queremos resistir al doble peligro –mortal para la disciplina– de, por una parte, la disolución del saber histórico en una forma de ficción y por la otra, su confusión con el mito y la memoria al servicio de necesidades y aspiraciones de comunidades nacionales, étnicas, religiosas u otras.


En sus investigaciones sobre las prácticas de producción, circulación y lectura de libros en las sociedades del Antiguo Régimen, ¿cómo estableció el vínculo entre la historia del libro y la historia de la lectura?

La historia del libro constituye, hoy, uno de los dominios mayores de la historia cultural, que supo definir sus propios objetos: las coyunturas de la producción impresa, la sociedad de los gens du Iivre, las estrategias editoriales, la desigual posesión del libro en una sociedad determinada, etc. Supo, asimismo, inventar sus fuentes y utilizar en su provecho los archivos administrativos, notariales o judiciales, y apoyar sus métodos de investigación sobre los modos clásicos de la historia social y económica. Las resultados fueron considerables. De ello da testimonio no sólo la multiplicación de estudios monográficos sino, también, la realización de grandes empresas colectivas, como L'Histoire de l'édition francaise o, actualmente, las historias del libro, de la edición y de las librerías, que se realizan en Inglaterra, los Estados Unidos, los Países Bajos y Alemania (se esperan proyectos similares en Italia, España, México y la Argentina).

Sin embargo, en Francia la historia del libro seguía dependiendo de la más antigua historia literaria, que trata el texto como una abstracción, coma algo existente fuera de las objetos escritos, como el mismo libro. La lectura, a su vez, fue considerada como un proceso universal, sin variaciones históricas pertinentes. Pero los textos no se han depositado en los libros como en simples receptáculos.

Todas esas investigaciones y empresas no lograban responder a una cuestión esencial: ¿qué hacían los lectores con los libros que compraban, leían y manipulaban? Cada lector cada comunidad de lectura tiene sus propios modos de leer sus usos del libro, sus maneras de interpretar y de apropiarse de los textos. ¿Cómo reconstruirlos? A partir de este interrogante, la historia del libro se fue convirtiendo, también, en la historia de la o, más bien, de las lecturas. La historia del libro, mudada en historia de la lectura, se esforzó por restituir las formas contrastadas con que lectores diferentes aprehendían, manejaban y se apropiaban de los textos contenidos en el libro.

Hoy es posible agrupar en una trama común, al conjunto de los estudios particulares que vinculan la historia del libro con la lectura, como la localización en una sociedad dada de la oposición entre lectura oral - por necesidad o por convención – y lectura en silencio: o la caracterización de una revolución de la lectura en el siglo XVIII, o la identificación, en el siglo XIX, de nuevos públicos de lectores: las mujeres, los niños, los obreros. Concebida de esta manera, la historia de la lectura puede volver a considerar grandes problemas clásicos. Por ejemplo, la aparición de un nuevo espacio público en el siglo XVIII. Siguiendo a Kant, puede definirse como un espacio de debate y de crítica en el que las personas privadas hacen uso público de su razón, con total libertad y cualquiera sea su condición. Esta esfera pública política, aparecida primero en Inglaterra y luego en Francia y el resto del continente, se desarrolló en el marco de nuevas formas de sociabilidad (salones, clubes, logias, sociedades literarias) pero sólo fue hecha posible por la circulación del escrito impreso.


Cuando usted habla de diálogos con la filosofía, se refiere a alguien que, como Foucault, es más que un vecino; es alguien que está entre filosofía e historia, ¿Qué nos podría decir sobre las influencias o estímulos ideológico-intelectuales ajenos al campo específico de la historiografía?

Es un poco más difícil, porque toda mi perspectiva es profundamente histórica: pienso que debemos subrayar las formas de la discontinuidad histórica, las raíces históricas de cada fenómeno cultural y, por ello, no me siento muy cómodo con pensamientos que no tienen esta dimensión. Si el historiador hace suyos los interrogantes de los no historiadores, supone que el otro o los otros comparten la idea según la cual hay variaciones históricas que permiten entender la discontinuidad de los fenómenos. Desde este punto de vista, respeto los métodos estructuralistas, con un sentido ahistórico o antihistórico; los pensamientos del tipo lingüístico, en los cuales la construcción del sentido está separada de toda intención o de todo control subjetivos y asignada sólo a un funcionamiento lingüístico automático e impersonal: o los pensamientos que no dan una importancia particular a las formas de discontinuidad, pero no me parece posible integrarlos a mis investigaciones


En la época de su formación el marxismo tuvo presencia considerable en el mundo intelectual francés y hubo un intenso diálogo entre esta doctrina y los historiadores. ¿Cuáles fueron sus experiencias de esa época?

He tenido, como muchos en París, un breve período althusseriano, si puedo llamarlo así. La lectura estructuralista de Marx por Althusser fue un elemento importante de la vida intelectual de los años 1965 hasta 1970 y un poco más. Mis recuerdos, predominantemente del 1968, fueron las discusiones teóricas en el campo de la teoría marxista de la historia, que se tradujeran en conflictos o en tensiones políticas en el movimiento de 1968. Pero la influencia no fue durable porque, en cierto sentido, esa politización había conducido a una rigidez, a una dureza en la discusión intelectual, que la transformó, inmediatamente, en luchas microscópicas dentro del movimiento estudiantil y la izquierda.

Pocos fueron capaces de transformar la teoría del marxismo de Althusser en una historia que tuviera en cuenta todos los elementos complejos y diversos de la realidad histórica. Había gran distancia entre esa lectura estructuralista de la abra de Marx –que se puede respetar como lectura analítica– y el modelo de investigaciones empíricas, concretas, de un objeto necesariamente singular, peculiar y parcial.


En los tres ensayos que inauguran El mundo como representación, usted va tomando distancia de otras formas de hacer historia –la historia estructuralista, la historia serial el relato hegeliano de la historia– que tendrían en común la perspectiva de la historia como proceso, como continuidad. Su perspectiva historiográfica, por el contrario, enfatiza la discontinuidad entre distintos objetos y momentos culturales. A partir de tal abordaje, ¿no se corre el riesgo de encontrar difícil explicar los procesos que llevan de un momento u objeto a otro?

En realidad, no escribiría la sentencia reconstruir el pasado que fue, porque puede engañar al lector al dar idea de una objetividad del pasado, que se hace presente por el discurso historiográfico. Hay una expresión francesa: el passé composé, que designa un tiempo verbal y que he utilizado, como título de uno de mis artículos, para mostrar que hubo un pasado, hubo una realidad, hubo gente que actuó en los siglos pasados y, al mismo tiempo, estamos ante la necesidad de componer ese pasado, de construirlo.

La cuestión de la discontinuidad es central. se la puede pensar a la manera de Foucault, como discontinuidad radical, pero entonces no habría proceso y, por lo tanto no sería adecuada para los historiadores. Si pensamos, como yo, que hay un proceso y, al mismo tiempo ponemos énfasis en las variaciones, en las discontinuidades, el único modelo posible de utilizar, me parece, es el propuesto por Norbert Elías. El modelo que articula configuración y proceso intenta establecer las discontinuidades que oponen, unas con otras, las configuraciones del poder, sociales o culturales, en un proceso o procesos de larga duración.


De su nueva perspectiva de historia social de la cultura, ¿surge un modelo para comprender el mundo social y sus conflictos?

Existe siempre un gran peligro cuando los historiadores pretenden interpretar el presente a partir de comparaciones con situaciones pasadas. Cada configuración histórica tiene rasgos específicos, que impiden una analogía inmediata con los tiempos contemporáneos. Desde este punto de vista, no hay lecciones de historia. No obstante, lo que permanece son los instrumentos conceptuales capaces de dar cuenta de diversas realidades y discontinuidades.

Por ejemplo, es necesario comprender las luchas sociales no sólo como enfrentamientos económicos o políticos sino, también, como luchas de representación y de clasificación. A mi entender; esta enriquece los abordajes tradicionales del mundo social. En la época contemporánea, así coma en las sociedades del Antiguo Régimen, las luchas entre dominantes y dominados, entre clases y grupos sociales o entre sexos tienen por armas las representaciones de si mismo y de los otros, las clasificaciones sociales, la construcción contradictoria de las identidades, las formas de la dominación simbólica, etc. Estas luchas simbólicas movilizan, por cierto, recursos que remiten a la posición social objetiva de cada grupo, pero poseen, asimismo, lenguajes y formas propias. Colocarlos en el centro del análisis social –según intento hacerlo, siguiendo a Elías o Bourdieu– proporciona, sin duda, una mejor comprensión de las tensiones que atraviesan (y desgarran) tanto las sociedades actuales como las del pasado.


En el libro citado también se advierte, como una presencia ausente –o que se puede imaginar como tal–, a Derrida, o el postestructuralismo en términos muy genéricos; allí, evidentemente, se pueden encontrar analogías con su propia práctica y con la teorización de esa práctica.

Me parece injusto calificar la obra de Derrida con sólo algunas palabras; pero creo que hay en ella dos elementos que no comparto: una es la manera como considera los textos. Puedo aceptar la idea del carácter inestable del texto, abierto a una multiplicidad de sentidos, pero, en la perspectiva de Derrida, la inestabilidad del texto está ligada al lenguaje mismo, mientras para mí –con una visión más banal quizás– se vincula con comunidades de lectores, con contextos de interpretaciones y con pluralidades de usos. Derrida anula la diferencia entre el discurso oral y escrito y no tiene un particular interés para la comunicación de los discursos; a mi entender es muy clásica, muy tradicional, como si un texto existiera independientemente de los objetos, de las formas, de los soportes que lo dan a leer; a escuchar; a ver y que contribuyen a la producción de sentido.

Lo que considero ahora más importante es subrayar; de una manera más cercana al historiador italiano Carlo Ginzburg, que el objeto del discurso histórico se puede definir como un pasado que fue o una realidad desaparecida. Y esta es, me parece, la mayor dificultad actual para quien, como yo, quiere evitar una disolución de la historia como forma de conocimiento. No comparto la idea de que el conocimiento producido por la historia es de la misma naturaleza que el de una novela o mito; es decir; que no hay un género específico del conocimiento histórico, como lo sostiene Hayden White.

Evidentemente, las dificultades de establecer el régimen propio de un conocimiento histórico son inmensas. Creo que el camino más útil es el abierto por Ginzburg, que habla de un conocimiento utilizando indicios, conjeturas, etc. Los criterios que propone para la validación y la descalificación de los discursos históricos no son únicamente formales –como los de Hayden White– sino, también, criterios de adecuación entre el objeto construido por el historiador y una realidad que ha dejado huellas, indicios.


En uno de sus trabajos hace una referencia a la tradición de la epistemología francesa, de Kayré a Canguilhem, y a lo que la historia de los Annales perdió por no tomar en cuenta herramientas de análisis de la historia de los conceptos, del examen de sistemas de pensamientos. ¿Que puede aportar esta tradición a la crisis de la historiografía de los años ochenta?

Alexandre Koyré sostenía que se debían entender los pensamientos científicos en relación (cito y traduzco de manera libre) con los medios intelectuales y espirituales en que nacieron, los hábitos mentales, las preferencias y aversiones de sus autores. De esta manera abría el camino para una historia que se podría llamar contextual de la producción de las teorías científicas. Por otra parte en ese tiempo había tentaciones de explicar en clave social los conocimientos no únicamente en forma de una historia social que pensaba que reconstruir los medios de producción de una teoría era suficiente para entenderla.

El camino que Koyré entendía seguir intentaba evitar ese peligro. Es cierto, también, que estaba más interesado por el contexto filosófico y religioso del pensamiento científico que por el constituido por los hábitos mentales y las prácticas culturales. Pero no era una dimensión que, para Koyré, careciera de importancia o contradijera la historia de la ciencia.

Los Annales, ignorando esta dimensión, se privaran de formas de articulación entre los saberes, los enunciados y los textos estudiados en sí mismos, en su espacio de autonomía y, al mismo tiempo, considerados como formas de contextualización.


El sujeto es hoy una dimensión necesaria en el análisis histórico. ¿Cómo recolocar, en esta revisión de crisis de paradigmas historiográficos, la vuelta del sujeto, que también de algún modo aparece en el último Foucault?

En Francia, durante los debates sobre la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa (1989), el historiador Francois Furet y otros propusieron entender la revolución desvinculando la interpretación del pensamiento político o del significado del acontecimiento de la historia social. Era no sólo una crítica a la tradición francesa jacobina marxista de Georges Lefebvre a Albert Soboul sino, sobre todo, un paradigma de conocimiento que intentaba afirmar que todos los procederes clásicos del estructuralismo, del psicoanálisis y de la historia social eran una forma de investigación que, de hecho, había escondido la importante: la producción de ideas claras, las formas de la subjetividad o de la subjetivación, y la transformación de ideas y de instituciones.

En esta concepción la revolución fue considerada propia de la esfera política, entendida como las ideas que afloran en el nivel de la conciencia y se traducen en formas institucionales. De esta manera, el debate sobre la Revolución Francesa se ligó a uno más general sobre los vínculos entre la historia y las ciencias sociales. Y contra esta posición, defendida par Furet o por Keith Michael Baker; he subrayado –felizmente no solo– la necesidad de pensar la historia como ciencia social de una manera nueva. Considero necesario mantener el vínculo entre las formas de expresión de la conciencia por los sistemas ideológicos o las proposiciones subjetivas y todas las series de interdependencias o de coacciones que limitan el espacio posible de tales expresiones de la conciencia. En Francia, el debate historiográfico actual está centrado en esto.

Detrás del debate sobre el retorno a una filosofía del sujeto hay dos ideas: que la llave del entendimiento de una sociedad se encuentra en lo política, y que el sujeto es un productor libre de ideas, de fórmulas y de instituciones y constituye el motor de la historia. En los círculos filosóficos franceses tomó forma una argumentación neokantiana favorable a esta posición historiográfica. Este, me parece, es el desafío al que debemos responder hoy, estableciendo de nuevo los vínculos entre las formas de la conciencia, las interdependencias que ligan los individuos y las limitantes del espacio posible de la inventiva. Por ello creo que la referencia a Norbert Elias es fundamental, porque reflexionó sobre interdependencias que tienen forma de configuraciones históricas, las cuales otorgan y limitan la inventiva intelectual y cultural.

Las reflexiones de Elias permiten articular los dos significados enredados en el término cultura (tal como lo manejan los historiadores): las obras y las prácticas que son objeto de juicio estético o intelectual, y la trama de relaciones cotidianas que expresan la vida de una comunidad en un tiempo y lugar. Pensar históricamente las formas y las prácticas culturales es, entonces, dilucidar necesariamente las relaciones enraizadas en estas dos definiciones.

¿Es el hipertexto una herramienta tecnológica facilitadota de la escritura?



1 ¿Es el hipertexto una herramienta tecnológica facilitadota de la escritura?

La incorporación del hipertexto a la educación escolar proporciona al docente nuevos recursos para la creación escrita. Actividades como añadir, eliminar, fraccionar, asociar, reordenar y relacionar, entre otras, se pueden promover con la escritura de hipertextos, ya que este tiene como enfoque el manejar y organizar enlazando la información.

2 ¿Cuáles son las potencialidades teóricas y creativas para la escritura hipertextual?

Vannevar Bush imagino un texto virtual que permitía la interacción y que trascendencia los limites físicos del libro, inventando un sistema llamado MEMEX (sistema de memoria extendida) ofreciendo a los usuarios la posibilidad de seguir múltiples trayectorias lo que permite nuevas formas de lectura y escritura.Roland barthes“pienso en un texto formado por bloques de palabras o de 9imagenes, electrónicamente unidos por múltiples trayectos, cadenas o recorridos dentro de una textualidad abierta, eternamente inacabada y descrita mediante conceptos como nexo, nodo, red, trama y trayecto; el hipertexto implica un texto compuesto de fragmentos de textos”

3. ¿Cuál es la propuesta de Vovelle para una triple perspectiva de la lectura?Vovelle con ansias de mostrar como el hipertexto podría tener gran relevancia cultural planteo tres perspectivas de lectura. La primera apreciar la aparición del hipertexto como acontecimiento por si mismo, como un instante privilegiado. La segunda perspectiva apunta a la vinculación con herencias. Y por ultimo la tercera perspectiva pretende que esta se estimule como acontecimiento fundador que no tiene pasado pero si una proyección que se puede tomar como punto de partida.


4. ¿Cuál es el planteamiento de Iris Zavala con respecto a la crítica dialógica?

Iris Zavala plantea que la crítica dialógica busca hacer dialogar y entremezclar discursos, se trataría de abandonar actitudes que hipostacian el sujeto trascendental, sujeto” confinado a la abstracción y cuya experiencia de sí es concebible como centro total del conocimiento. Se trata de pensar en fronteras e intersecciones y no en totalidad.



PREGUNTAS GENERADORAS NUCLEO PROBLEMICO 2


1. ¿Explique algunas posiciones en torno a las nuevas tecnologías?

En primer lugar, el libro de Francesc Marce; Puig, teoría y análisis de las imágenes (Universidad de Barcelona 1983) en el que desde una experiencia docente investigadora en el campo de las bellas artes; este se propone una aproximación al mundo de la imagen en la que el peso del modelo comunicativo se superpone a una teorización, concebida sobre la doble base de la teoría general de sistemas y la psicología de la Gestalt.Y Justo VillaFarie, en su introducción a la teoría de la imagen (pirámide, 1985) intenta producir unos primeros elementos teóricos a través del desarrollo del pensamiento Rudolf Amheim.


2. ¿Exponga la teoría de Roger Chartier con respecto a su articulo “Del códice a la pantalla: trayectorias de lo escrito”?

Roger Chartier en un articulo suyo titulado: “Del códice a la pantalla: Trayectorias de lo escrito” propone asumir una perspectiva histórica de la larga duración para comprender mejor los efectos de la radical transformación contemporánea de las modalidades de producción. Transmisión y recepción de lo escrito, plantea por eso la necesidad de atender a una historia del libro, de la lectura y de las relaciones de lo escrito.
¿Que es la hiperficción?
Sentirse desorientado es una experiencia habitual para los lectores del hipertexto, mientras que los creadores de hipertextos de no-ficción, intenta mantener a sus lectores orientados.


4. ¿Cuál es su relación con la literatura?

Según Kernan, literatura fue una criatura de la imprenta hasta en sus más mínimos detalles. De u lado, como lo impreso carece del contexto y de las dinámicas interactivas que brinda la oralidad y su verdad resulta por eso siempre ambivalente y compleja, el esclarecimiento de su estructura requiere de la lectura minuciosa e intensa de un texto estable y altamente estilizado.Esta estabilidad y esta estilización han sido por mucho tiempo los ideales de la obra literaria.De otro lado la literatura pone en juego, artísticamente, eso que hay detrás de la situación epistemológica implícita en la pagina impresa: la afirmación de que el conocimiento es complejo, ambivalente abstracto, de interpretación incierta.


5. ¿Como ha influido la teoría de la imagen?

La teoría de la imagen ha influido de una forma pertinente donde los elementos morfológicos son capaces de construirse en específicas categorías icónicas evitando los riesgos de una elección estéril.


6. ¿Cuál es la relación entre pragmática y semiótica?

Prolongando las reflexiones esbozadas en el capitulo anterior podríamos decir con Umberto Eco (1979) que todo texto (visual) se presenta como una maquina semántico-pragmático (un objeto de sentido que incluye de una manera generalmente implícita, las instrucciones para su uso)