miércoles, 16 de septiembre de 2009

HISTORIA Y CARACTERISTICAS DE HIPERTEXTO 1


EL HIPERTEXTO

Características
El teórico George Landow, define al hipertexto como "un texto compuesto de bloques de palabras (o de imágenes) electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o recorridos en una textualidad abierta, eternamente inacabada." (14) Los bloques de información se denominan nodos o lexias y los enlaces, nexos.
Entre las características fundamentales del hipertexto Landow destaca tres. En primer lugar, la intertextualidad. Los enlaces electrónicos pueden conectar bloques de información contextual, como un comentario o textos comparativos haciendo que se pierda toda referencia entre lo interno y externo a la obra, o entre lo principal y lo secundario. El hipertexto explicita las interconexiones que un texto puede producir, ampliándolas, hipotéticamente, hasta el infinito.
En segundo lugar, la polifonía. Del conjunto de trayectos posibles que conforman el tejido hipertextual no es posible privilegiar ninguno. Además, al ubicar un texto dentro de una red de textos, se lo obliga a existir como parte de un diálogo. Será el lector quien dé preeminencia, provisionalmente, a una secuencia dada según el trayecto de lectura que escoja.
Por último, el descentramiento. A medida que el lector se desplaza por la red de textos, hace de sus intereses propios el eje organizador de su lectura. El centro sería pasajero, móvil y relativo. Pero además de la posibilidad de escoger su camino, el lector podría agregar sus propios textos y enlaces ampliando la actuación de sus competencias. (Landow, 19-26)
Esta descripción inicial conduce a la reflexión sobre las consecuencias que el hipertexto produce en el orden del texto, el autor y el lector. 

Reconfiguración del texto:

La fragmentación es la consecuencia inmediata de la composición de un texto mediante lexias. El orden lineal -es decir un orden lógico-causal- pierde su funcionalidad y vienen a ser susutituido por una estructura multilineal - varios recorridos de lectura posibles para un mismo conjunto de fragmentos- y una retórica hipotáctica, como lo advierte Calabrese: "al periodo conexo y paratáctico se sustituye un pensamiento "en pequeñas partes", hipotáctico y en los que los nexos se hacen lógicos a posteriori y no lógicos gramaticalmente y sintácticamente."(159) Esta nueva lógica parece corresponder efectivamente al ideal de los precursores del sistema hipertexto de construir un tipo de textualidad que simulara los mecanismos del propio pensamiento y, por lo mismo, se alejara de la organización secuencial y jerárquica del texto impreso. La metáfora apropiada para este modelo textual es la de la red porque su estructura dinámica depende de la intercomunicación y de las coordenadas espacio-temporales ya que la red puede ser articulada sólo mediante el movimiento libre de significantes. (Manzor, 67) Otra metáfora es la del laberinto: el texto se conoce a medida que se lo recorre, su estrucutra no se conoce previamente y eso lo hace impre-visible y coloca al lector en una situación de riesgo y de reto: extraviarse y verse exigido a continuar el recorrido, a escoger sus centros.
Esta textualidad dinámica provee libertad de estructuración, de elección de recorridos de lectura pero también de modificación, de intervención sobre los componentes de esa red. El texto puede entonces cambiar de forma según como sea leido y según las modificaciones que se le hagan, puede metamorfosearse, ser inestable, o, en otras palabras, su forma es provisional, inconclusa, imprecisable, nunca será, necesariamente ,definitiva. Un hipertexto es una "obra en movimiento" que no puede fijarse para ser contemplada en su totalidad y unicidad. Es puesta en movimiento por el lector cuando la experimenta, la vive como algo que acontece en el tiempo no en el tiempo de la eternidad, sino en el tiempo de su lectura y de su escritura porque en el entorno hipertextual la participación permite también la creación. Por supuesto todo lo anterior confirma el caracter lúdico del hipertexto. De esta forma las producciones artísticas hipertextuales pueden inscribirse en la historia del arte de acción y de participación (Popper) y, en particular, las literarias en la historia del "Libro-juego" 
 

Reconfiguración del autor-lector:

Qué autor se esconde detrás de una obra móvil, inestable, "monstruosa"? Uno que intensional, conciente, perversamente, la ha diseñado así, que está dispuesto a que "su" creación sea vivida-creada por otros, uno que tal vez no es "uno" sino varios. La figura del "genio"creador de la estética idealista resulta caduca. Un hipertexto no es creado ni toma su forma definitiva sólo gracias a los esfuerzos del productor. Pero ésto no significa que el autor sacrifique su poder creativo sino que lo enfoca a la resolución de un problema diferente: diseñar una obra en movimiento que invite al lector a participar activamente y ésto incluye, no sólo su colaboración intelectual, como intérprete, sino la intervención sobre el texto y la creación del texto como co-autor: ambos aspectos producirán la "respuesta total" (Popper) que exige un arte de verdadera participación.
En esta situación comunicativa, la autoría puede ser múltiple y también, multidisciplinar. La producción de un hipermedia es justamente, la integración de los diferentes medios expresivos en el mismo objeto. Ningún medio o género sería privilegiado sino que cada uno formaría parte integral del producto "poligenérico" y multimedial resultante. El escritor tendría la opción de experimentar con una forma artística diferente a la que convencionalmente entendemos por literatura y por edición de libros y que podríamos denominar "arte hipermedial". En las artes plásticas y visuales este tipo de integraciones tiene ya una relativamente larga historia, representada en las Instalaciones y los performances, así como la búsqueda por la participación activa del espectador como la que se registra en el arte cinético y en el arte de realidad virtual, por ejemplo. Y aunque en la lituratura impresa se ha experimentado con la integración de los aspectos visuales, tipográficos y sonoros y se busca también la participación activa del lector recurriendo a una estética del juego, resulta particularmente interesante ver en el hipertexto el medio que permite a la literatura un formato verdaderamente multimedial y verdaderamente participativo, es decir, que invite al "lector" a crear. 


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